Una forma de alcanzar el bienestar es el empleo como generador de autonomía personal. Lograr la integración en el mundo laboral es más fácil cuanto mayor es el nivel de formación, o por lo menos el acceso a puestos de determinado nivel.

La formación profesional tiene que adquirir un protagonismo especial dentro de este objetivo. De hecho parece que se va afianzando la idea de que la formación profesional es un vehículo apto para conseguir empleos de calidad, que relacionen los estudios con los puestos de trabajo desenvueltos por nuestros jóvenes.

La formación profesional como dinamizadora de empleo ayuda a que haya menos paro y más empleos de calidad en nuestra ciudad.

La formación profesional es "una formación de altísimo nivel" que prepara a los alumnos para la inserción en el ámbito laboral, por lo que nuestros alumnos y alumnas se convierten en trabajadores cualificados que encuentran un empleo y que además poseen la capacidad de aprender a aprender, fomentando la comunicación y el trabajo en equipo y favoreciendo las habilidades necesarias para la experimentación y la adaptación al cambio que permita al alumnado adaptarse a las modificaciones laborales que puedan producirse a lo largo de su vida profesional.